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Nota biográfica

Para comprender la versatilidad de Héctor Hernández Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 1976) a la hora de abordar diferentes disciplinas y técnicas, asimismo el carácter constructivo de su diversa obra, debemos remitirnos al contexto de su niñez, a algunas claves que nos permitirán encauzar su poliédrico desarrollo creativo. Hijo de tecnólogo, que ejercía como profesor de calderería estructural, soldadura, máquinas y herramientas, y nieto de un maestro fundidor, dueño de una de las más importantes fundiciones canarias del siglo pasado; su infancia y juventud se desarrollan en un contexto relacionado con los espacios de trabajo, plagados de estímulos vinculados a los materiales y a los procesos de creación. Cabe acotar la afición paterna por el dibujo artístico, rasgos que vislumbró en su hijo desde muy temprana edad y condujeron a que lo estimulara para que se iniciara en el arte, con clases de dibujo, pintura y música.

Concluida la enseñanza obligatoria, cursa estudios en bachillerato artístico en la Escuela de Arte de Las Palmas de Gran Canaria, para, posteriormente, ingresar en la Facultad de Bellas Artes de La Laguna. Al segundo año de estudio en este centro, decide trasladar su expediente a la Real Academia de San Carlos, en Valencia, ciudad donde concluye su carrera y establece su residencia por un período de 15 años. Es en esta etapa cuando comienza su estrecha relación con las artes escénicas, puesto que la Universidad lo envía, en calidad de escenógrafo, a trabajar para diferentes compañías en teatros emblemáticos como el Carme Teatre y Los Manantiales. A la par, se inserta en el ambiente alternativo de performance de la ciudad y en el mundo digital, utilizando el ordenador como herramienta para sus procesos creativos, algo esencial en la posterior relación de su producción plástica y musical, pues comienza a componer y producir el sonido para sus videoartes, performances, BSO para teatro y un cortometraje. Una vez superada la licenciatura en Bellas Artes, entra en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería y Diseño Industrial de la Universidad Politécnica de Valencia, donde finaliza el posgrado y lo conectan con empresas de desarrollo web y publicidad. El resto de su estancia en la ciudad del Turia, se debate entre escenógrafo y freelance: con diseño gráfico e ilustración digital para agencias de publicidad, mientras que su producción plástica se presenta dividida igualmente: con un lado pictórico, donde se interesaba en la descomposición de la imagen digital, la abstracción geométrica y el uso de materiales industriales; y otro lado escultórico, donde se centraba en el análisis formal de la escultura en metal. Participa, también, en varias exposiciones colectivas, concursos y bienales de arte.

En 2011 regresa a su ciudad natal y cursa el Máster de Formación del Profesorado y, al siguiente año, se ve inmerso en la realización de su obra de mayores dimensiones hasta el momento, una escultura móvil de acero, emplazada actualmente en el IES Felo Monzón Grau-Bassas, antigua Universidad Laboral de Tafira. Desde el 2014 establece su estudio y taller en el emblemático barrio capitalino de Gran Canaria, La Isleta, y en 2017 realiza su primera exposición individual en la isla.

Ha participado en varias muestras colectivas y bienales en el archipiélago, destacando el premio de honor en escultura de la Bienal Internacional de Bacos. Igualmente, ha comisariado proyectos artísticos, escrito textos teóricos para exposiciones, ilustrado libros para diversos autores, realizado carteles para eventos y se ha visto, nuevamente, involucrado con la escena, creando escenografías y BSO para obras de teatro y performance, vinculadas a proyectos de la Escuela de Actores de Canarias o el Centro Coreográfico de Las Palmas. En la actualidad vive, se desempeña como docente y desarrolla su obra plástica en Gran Canaria.

 

                                                                           Erich Estremera Gutierrez.

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